El pasado 28 de diciembre, como una inocentada más, el pretendido gobierno más progresista de la historia aprobó el texto de la nueva Reforma Laboral, que previamente había acordado con los sindicatos del régimen y la propia patronal. Posteriormente, el día 3 de febrero, en una bufonada de traca, el Congreso de los Diputados convierte en Ley el texto aprobado por el Gobierno.
Los firmantes del acuerdo, la señora Botín, la Ministra de Trabajo de Rajoy y un largo etcétera de personajes del mismo pelo, con la colaboración inestimable de los medios de comunicación de masas, nos han pretendido vender que esta nueva Reforma Laboral era un avance sin precedentes en los derechos de la clase trabajadora y que definitivamente daba por enterrada la reforma laboral de Rajoy de 2012, de la de Zapatero de 2010 no han dicho nada. Sigue leyendo
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